miércoles, 27 de noviembre de 2013

Lobos y osos, grandes amigos


Los lobos y osos: entre ellos no existe demasiada simpatía. Este es uno de los casos que presentan entre ellos.; si el hambre invade a un oso, este es capaz de atacar a un lobo, pero si él está de buen humor  solo le roba la presa.

Los lobos no se atreven a enfrentarse a un oso adulto, pero si a la madriguera de sus cachorros.

Un estudio ha encontrado que los lobos son indirectamente beneficiosos para los osos.

En el año de 1995, se introdujeron lobos grises en el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos.

Desde ese suceso, los osos pardos tienen más frutos disponibles en la temporada de verano con los que se alimentan y están más preparados para hibernar. Los lobos cazan o ahuyentan a los alces, que también comen frutos.

Es por eso que le llamamos duo perfecto: al haber menos alces por causa de la caza de los lobos, hay muchos arbustos que están dando más frutos y creciendo siendo benéficos para los osos que encuentran comida fácilmente y rápidamente.

Los lobos desaparecieron de Yellowstone en el año 1926 es por eso que se reintrodujo esta especie porque las manadas de alces se multiplicaron. En el año de 1994, aproximadamente 19.000 alces vivían en el parque, y era realmente una competencia por los mismos alimentos que los osos.

En el año 2007, la población de osos pardos había aumentado a seiscientos. Se habían salvado de la extinción. Años más tarde, también se consideró que los lobos ya no estaban en peligro. Los científicos comenzaron a pensar que había una relación entre las dos especies.

La relación de los depredadores para mantener un ecosistema sano es más complicada de lo que se creía. Y también se demuestra que, cuanto menos intervenga el ser humano, mejor.

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