Ha llegado el día y el momento que jamás
pensamos que llegaría, en donde la naturaleza ha empezado a cobrarse todo lo
malo que hemos hecho con ella, pues ahora estamos más expuestos a las múltiples
consecuencias y alteraciones que nosotros mismo ocasionamos y que hoy día
tratamos de remediar.
El problema es que siempre hacemos todo hasta
el último o hasta cuando ya no tenemos escapatoria, pues basta ver cómo la
naturaleza sigue cobrándole al hombre su contribución negativa al medio
ambiente, a través del incremento de fenómenos naturales, mismos que han ido dejando
cada año millones de personas damnificadas
o muertes alrededor del mundo.
Algunos de los fenómenos que hemos presenciado
en estos últimos años han sido: inundaciones, ciclones, terremotos, tsunamis,
huracanes y mucho lugares considerados en sequía. Estos fenómenos naturales han hecho que las
poblaciones huyan de sus hogares y tengan que refugiarse en albergues. Son
estos espacios en donde la incapacidad de la personas ha llegado a un nivel muy
alto y no cuentan con los medios para sustentar las necesidades de todas las
personas, incluso de su misma familia.
El ejemplo claro son las imágenes que hoy día
son transmitidas en los medios de comunicación en las que se pude ver cómo la
gente de las ciudades afectadas han ido perdiendo su patrimonio, es decir, hay
demasiada pérdida de materiales que en su momento les había costado mucho
esfuerzo y sacrificio su obtención y con ellos todas las ilusiones que tenían.
Creemos que ya llegó el momento en donde la
naturaleza está pidiendo a gritos que le devuelvan su estabilidad, su vida, su
fortaleza, nos está empezando a cobrar cada uno de las cosas negativas que
hemos hecho con ella. Por esto y más, sabemos que es una nueva oportunidad el
retribuir y comenzar a cambiar nuestros hábitos, creemos que es momento de
valorar a nuestra madre naturaleza y hacer de ella algo mejor y duradero. Estamos
a tiempo de remediar nuestros actos, no esperemos hasta que llegue el último
momento en donde no podremos hacer nada, es ahora o nunca pues, el cambio está
solamente en nosotros.
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